A partir del impulso que implica de la filosofía de la web 2.0 o web
social, y especialmente desde el año 2009 los movimientos de open government
(gobierno abierto) han irrumpido en las agendas políticas de Europa y Estados
Unidos. Así en Europa desde la Declaración Ministerial sobre administración
electrónica aprobada por unanimidad en Malmö, Suecia, el 18 de noviembre 2009
y, en todo caso, el protagonismo vinieron la noción Open Government introducida
por Obama en su famoso discurso de 2009.
Gobierno abierto, Open Gov o Gobierno 2.0 esencialmente implica: la
necesidad de centrar la e-administración en el ciudadano mediante servicios
flexibles y personalizados, productos de información basados en la demanda
(user-centry), la facilidad de uso (usabilidad) de las aplicaciones de
e-administracion, la necesidad de involucrar a la sociedad y que ésta evalúe
los servicios públicos electrónicos (calidad). De igual modo se invita a que
tanto los servidores públicos como los particulares estimulen y colaboren en la
prestación de tales servicios para el logro de las finalidades públicas
(wikigovernment y crowdsourcing).
Asimismo, resulta esencial a la idea de administración 2.0, la
transparencia, apertura y participación. Sin que en modo alguno sea nuevo
hablar de transparencia, participación o reutilización de la información, quizá
lo más original y reciente sea la colaboración con la ciudadanía, así como
nuevos ingredientes de la usabilidad y el empleo institucional de redes
sociales. De igual modo, es innovador el hecho mismo de que todos los
componentes de gobierno abierto se den bajo la filosofía de la web 2.0, como
pauta que en las organizaciones políticas y administrativas impone la primacía
del conocimiento frente a la jerarquía, la flexibilidad y el logro de objetivos
colectivos frente a la individualidad y la burocracia, entre otros. Esta
flexibilidad ha de ser proyectada a la comprensión misma del papel del Derecho
respecto de las Administraciones que va dejando atrás su tradicional paradigma
jerárquico y vertical.
De esta forma, el gobierno abierto supone un especial énfasis en que las
instituciones faciliten activamente la reutilización de la información bajo la
noción de «open data», los datos abiertos. Bien es cierto que todos los
elementos de la noción interactúan unos con otros, al punto de que la mayor
transparencia que se logra lo es de forma colaborativa y participativa, de
mayor calidad y usabilidad, centrada en intereses ciudadanos, a través de las
TICs y de las redes sociales. Solo ahora, con el avance tecnológico y la
ampliación del internet, se ha podido iniciar esa interacción en una forma
original y con costos asumibles para las instituciones. El entablar este
diálogo constante con sus ciudadanos, no solamente permite afianzar los flujos
de comunicación con una y otra parte, sino también fomenta la transparencia al
impulsar la información continua y al promover la rendición de cuentas ante la
ciudadanía. Asimismo, permite la retroalimentación, al implicar a los
ciudadanos en la administración.
Finalmente, fomenta la participación activa de los ciudadanos al
involucrarlos en el proceso de diseño y ejecución de políticas públicas. Desde
2009, las políticas de OGOV constituyen estrategias de hondo calado, que se
simplifican en tres pilares fundamentales en la actuación de nuestros poderes
públicos: la transparencia en la gestión pública, el fomento de la
participación y la colaboración de la ciudadanía en el diseño y ejecución de
las políticas públicas.
En el ámbito internacional hay que tener en cuenta la iniciativa
www.opengovpartnership.org con más de setenta países, entre ellos España. Y en
España se cuenta ya con un lustro de experiencia práctica y de teoría del
Gobierno abierto, así como de ya cuantiosa normativa. La emergencia de las
políticas de «gobierno abierto» es evidente.
Ahora bien, hay que evitar que se tome el «gobierno abierto» como una
simple moda pasajera en manos de frívolos y oportunistas. Congresos como el
presente pretenden aunar lo mejor de esta experiencia de cinco años para fijar,
limpiar y dar esplendor al gobierno abierto.
El Encuentro pretende abordar estas cuestiones, así como:
-La participación a través de las TICs (nuevas formas de identidad digital,
privacidad de los participantes, ejercicio electrónico de derechos, regulación
de los órganos de la participación, etc.).
- Transparencia y acceso a la información pública a través de las TICs y la
implantación de la ley de transparencia.
- Se tendrán en cuenta las barreras jurídicas y fácticas al desarrollo de
la administración 2.0: propiedad intelectual, privacidad y protección de datos;
responsabilidad por contenidos de terceros o los empleados públicos; eficiencia
y crisis económica e implantación de la Ley 11/2007, etc..
- La reutilización de la información pública (con especial atención al
“open data”) y el uso del software libre en la Administración.