En América Latina, el desencanto
de los ciudadanos con las instituciones representativas de gobierno ha sido
evidenciado por una multiplicidad de trabajos a lo largo de las últimas dos
décadas. Este desaliento ha sido provocado por la baja calidad de los procesos
gubernativos de las democracias latinoamericanas. Escándalos de corrupción,
elecciones sospechadas, decisiones no representativas de los intereses
ciudadanos y problemas estructurales no resueltos como la pobreza o la
desigualdad ayudan a explicar las actitudes generalizadas de desconfianza
institucional.Esta constatación ha reflotado la discusión sobre la importancia
de contar con mecanismos que favorezcan una mayor participación de los
ciudadanos en los procesos de toma de decisiones, incluyendo la asistencia
periódica a las urnas. Sin embargo, poco sabemos acerca del perfil de aquellos
que ante una caída en la calidad de los procesos de gobierno deciden participar
—ya sea de manera propositiva, ya de manera directa— así como de quienes
deciden ‘salir’; es decir, abstenerse de participar en los asuntos públicos.
Partiendo del trabajo seminal de Albert Hirschman (1977), y partir del análisis
de datos de opinión pública de la onda 2008 del Latinobarometro, el presente
trabajo se propone responder a estos interrogantes, así como discutir las
implicaciones de las respuestas derivadas de la evidencia.