La pandemia ha puesto el foco sobre las vulnerabilidades de las que ya éramos conscientes. CGLU ha desarrollado un decálogo para transformar el mundo post-COVID-19.
Desde el OIDP, el mecanismo de consulta de CGLU sobre democracia participativa, nos complace en compartir con sus miembros el decálogo para afrontar las consecuencias de la COVID-19. Este decálogo para la era post COVID-19 es la carta política de CGLU en estos tiempos de crisis, basada en la Declaración de Durban y centrada en el compromiso de los gobiernos locales y regionales para construir un mundo solidario. Las 10 medidas destacadas en el decálogo tienen por objeto transformar la forma en que el sistema de gobernanza interactúa con las comunidades protegiendo a los que más lo necesitan, transformando el sistema multilateral y asegurando que los sacrificios que estamos realizando no se conviertan en una carga para las comunidades del futuro.
Este decálogo destaca cómo la solidaridad promovida por los gobiernos locales y regionales se ha convertido en un faro de seguridad que debe guiar las transformaciones que necesitamos. Los gobiernos locales y regionales han demostrado su capacidad para actuar como promotores y guardianes de esta solidaridad tanto a nivel nacional como internacional. También recuerda la relevancia de los principios locales en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular en estos tiempos difíciles, como marco para las medidas de transformación que deben implementarse.
Una de las prioridades debe ser la de reafirmar las libertades civiles y la democracia local, puesto que la pandemia no debe implicar en ningún caso una afrenta a los derechos humanos y políticos de la ciudadanía, ni una excusa para centralizar el poder político.
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