El OIDP organizó su 19a Conferencia en Iztapalapa en 2019.
El OIDP entrevista a Rocío Lombera, asesora de gabinete de la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, con motivo de la apertura de la doceava Utopía (Unidades de Transformación y Organización Para la Inclusión y la Armonía Social), espacios de transformación social y urbana donde las personas pueden acceder a actividades y entrenamientos artísticos y culturales. En 2019, el OIDP organizó su 19a Conferencia en Iztapalapa bajo el lema "Ciudades participativas con derechos plenos: democracia participativa y derecho a la ciudad".
1. Rocío nos puedes contar cuál es la configuración espacial social e histórica de la alcaldía Iztapalapa.
La alcaldía Iztapalapa está ubicada en la periferia oriente de la gran ciudad de México. Es la puerta de entrada de toda la población pobre del sureste del país: de los estados de Oaxaca, Chiapas, Puebla, Veracruz. Por eso ha sido poblada por estas personas que han llegado a asentarse a la Ciudad de México para trabajar. También ha sido poblada por la migración interna: cuando ha habido los problemas de los sismos o problemas de desalojos, la población de la zona Central de la Ciudad de México ha ido a residir en Iztapalapa.
Iztapalapa es históricamente un pueblo originario. Era una península entre dos lagos de la Ciudad de México, que es una ciudad lacustre. Esta península se dividía en un lago de agua dulce Xochimilco, que todavía existe pero ha disminuido, y el lago de Texcoco, que fueron desecando para generar procesos inmobiliarios y de ocupación, que por fortuna se pararon. En este espacio se ubica Iztapalapa con un problema de desecación fuerte del territorio, lo que ocasiona también problemas fuertes de agrietamiento del suelo, puesto que se ha estado extrayendo históricamente el agua y genera también otro tipo de problemas de asentamientos.
Otra característica es que ha sido históricamente el patio trasero de la ciudad, donde se ubicaban los basureros y ahora tenemos cinco prisiones en nuestro territorio. Se ha priorizado este tipo de uso y no la infraestructura y servicios básicos para las comunidades.
Tenemos una población de casi dos millones de habitantes con los problemas característicos de las periferias de nuestras ciudades centrales: Iztapalapa tiene 43% de población pobre, entre pobreza moderada y pobreza extrema, también tenemos 33% de población joven de entre 15 y 30 años, lo cual es un potencial importante. Económicamente, Iztapalapa se caracteriza por sus actividades de comercio y servicios, aunque también somos el segundo lugar en industria manufacturera de la Ciudad de México, aportando alrededor del 7% del Producto Interno Bruto en la ciudad.
En Iztapalapa tenemos la cuarta parte de la población de la Ciudad de México, gobernamos esta gran cantidad de población y también vale mucho decir que la población, por sus necesidades y por sus características, ha luchado siempre por construir ciudad y por tener un espacio digno donde vivir.
2. En este contexto, ¿cuáles son los retos y las oportunidades de la participación ciudadana en Iztapalapa?
Tenemos la fortuna de venir de pueblos originarios con tradiciones comunitarias que se mantienen. En Iztapalapa podemos encontrar muchos pueblos que todavía conservan la tradición de las comparsas y las mayordomías, que están muy vinculadas a cuestiones religiosas y comunitarias. Iztapalapa está buscando ser Patrimonio de la Humanidad por la celebración de la Semana Santa, que tiene más de 180 años de celebrarse anualmente y es una producción comunitaria netamente.
La celebración de la Semana Santa es un acto de teatro masivo, donde los actores son los habitantes de los barrios centrales de Iztapalapa, que se les conoce como los ocho barrios originarios de la península de Iztapalapa. Aquí se conservan estas tradiciones y es una cuestión de organización totalmente autónoma con apoyo de los gobiernos para que puedan realizar esta gran producción de teatro que recorre las calles centrales de la alcaldía. Este es un elemento que nos ayuda muchísimo para la participación porque la población de Iztapalapa siempre va a estar organizada y participando para mejorar sus sus condiciones de vida, pero también para todas sus tradiciones y sus fiestas.
Otra cuestión es la propia necesidad de la gente, que ha llevado a que exijan sus servicios básicos de infraestructura y equipamientos comunitarios. La gente es exigente porque ha podido resolver por sí misma, pero también porque históricamente se han formado organizaciones sociales que han luchado desde hace más de cincuenta años para construir ciudad: ellos se organizaron para construir sus barrios, meter el drenaje, el agua, las calles, la iluminación y construir sus casas. Hay muchos procesos autogestivos y organización también de la gente que ha llegado después por tener que abandonar sus hogares en el centro por los problemas que ya decíamos y organizadamente llegar a poblar Iztapalapa.
De estas luchas organizadas han emanado infinidad de proyectos y prácticas sociales organizadas que han dado pie a muchas políticas públicas en la ciudad. De estas luchas es que emana nuestra alcaldesa Clara Brugada, quien es una lideresa social histórica en Iztapalapa. Desde jovencita se vinculó a estos movimientos sociales y se fue a vivir a Iztapalapa, donde continúa viviendo. Ella y el equipo en general venimos de procesos sociales de lucha. Nosotros decimos: "la alcaldía Iztapalapa es un movimiento hecho gobierno". Es un autogobierno de los movimientos sociales y, en este sentido, la participación es una fuerza que reconocemos por esta historia de lucha y la fuerza de la participación es el pueblo y la comunidad organizados. Por lo tanto, nuestras políticas públicas de participación tienen que ver con cómo fortalecemos la organización comunitaria para su participación más efectiva.
3. ¿Cuáles son las políticas y las iniciativas que están impulsando desde la alcaldía Iztapalapa para promover una democracia más participativa?
Hay dos procesos importantes que confluyen y que hemos impulsado desde Iztapalapa. Primero es el proceso de descentralización para contar con gobiernos cercanos y próximos que generen confianza y que atiendan y resuelvan efectivamente los problemas de la población. En ese sentido, desde la primera gestión de la alcaldesa hemos venido descentralizando más el gobierno de la alcaldía: antes teníamos cinco direcciones territoriales, que son las que atienden más directamente en los territorios. Son como "gobiernitos locales", el equivalente a lo que en Bogotá llaman "alcaldías menores" por la cantidad de población.
En la primera gestión, hace ya 12 años, la alcaldesa descentralizó de cinco a ocho direcciones territoriales. Es un primer paso importante. Ahora que retomó en 2018, el gobierno de la alcaldía descentralizó a 13 direcciones territoriales, es decir, más del 60% de lo que teníamos cuando éramos ocho direcciones territoriales. La descentralización es muy significativa porque es una gran oportunidad en muchos sentidos para nuestro gobierno y para la participación: hay una conexión mucho más directa del gobierno con la ciudadanía, es una cuestión más cotidiana y eso genera vínculos, diálogos, negociaciones y confianza en el gobierno, en términos de poder resolver más eficazmente los problemas cotidianos de la gente.
También tenemos mecanismos de participación que fortalecemos para poder establecer esta conexión con la ciudadanía. Nosotros concebimos la participación como la decisión de la población en la vida pública. Claro que que tiene diversos niveles de desarrollo. Un primer nivel tiene que ver con la escucha: tenemos un ejercicio importante, que es la audiencia ciudadana, realizada por la alcaldesa con todo el equipo de gobierno en el espacio público de la sede de la alcaldía. Es un proceso abierto y semanal: todos los lunes la alcaldesa, junto con todos los funcionarios públicos de primer nivel –están todos los directores territoriales y los directores de las áreas centrales– atienden mediante audiencia lo que va a plantear la gente. Los viernes hay audiencias territoriales: cada director territorial abre audiencia con la ciudadanía de su territorio. También se hace audiencia por cada dirección de área, por ejemplo la jurídica tiene muchísima demanda por todas las cuestiones jurídicas que la gente requiere de asesoría, acompañamiento y orientación.
La audiencia pública es un mecanismo muy importante de escucha y de resolución de problemas, porque de manera concertada se resuelven muchos problemas, que a veces son muy importantes y conllevan una acción en territorio con otros actores y donde hay que intervenir mediante diálogo. La concertación en las mesas de trabajo es fundamental porque existen muchos conflictos. Cuando hay demandas, las personas vienen a solicitar directamente que se atienda este problema, por ejemplo, en una escuela. Entonces la tarea de las mesas de trabajo de concertación es ir procesando esos problemas y tener una resolución al final que satisfaga a las partes en conflicto.
También tenemos procesos de carácter muy participativo, que tienen que ver con la planeación participativa de los barrios. Por ejemplo, la planeación participativa de las Utopías, que fue en su momento como el diseño participativo de muchos espacios. Son procesos un poquito más largos donde tenemos desde recorridos casa por casa para establecer el diálogo y llamar a la gente a participar en la planeación de sus barrios. Se establece un proceso de trabajo para poder diseñar sus barrios para el futuro, una agenda comunitaria de desarrollo local para que las personas coloquen la visión de su barrio en el futuro, con los ejes estratégicos para la acción y los proyectos principales en donde ellas mismas también se involucran para el desarrollo de estos proyectos. Son procesos más sólidos donde también a la par vamos construyendo ciudadanía.
Nuestra perspectiva es de construcción de ciudadanía porque hay mucho desencanto de la ciudadanía en términos de la política y la intervención en lo público. Empezamos por su comunidad porque es lo más próximo y colocando siempre una articulación de sus problemas hacia otros temas de la ciudad y al mundo. Existen hoy muchos problemas que compartimos: el cambio climático, las violencias, la infodemia. Estos temas no son ajenos a las comunidades, al contrario, nos vinculan con el nivel global. Por eso, desde la construcción de la ciudadanía, buscamos que estos vínculos con lo global se comprendan por la comunidad y podamos desde nuestra propia casa y desde nuestro propio barrio aportar un grano de arena en beneficio de la humanidad, la naturaleza y del planeta. Son diversos mecanismos que tenemos y echamos a andar cotidianamente porque nos vinculan con la población y con nosotros, recuperando su ciudadanía y su voz en las decisiones públicas.
4. Para actuar desde lo local con perspectiva global, ¿qué mecanismos de cooperación internacional son clave para la alcaldía Iztapalapa para impulsar una democracia más participativa?
Un mecanismo muy importante es el intercambio de experiencias concretas. Ahí es donde se aprende, por ejemplo, cómo hicieron participar a las juventudes, porque aquí nuestro reto es cómo involucrar a las juventudes un poco más en la vida pública, en las decisiones que afectan a todas las personas y que ellas vean la importancia de esto. La sistematización y el intercambio de experiencias es un mecanismo que nosotros vemos muy importante para poder abrevar de ahí, saber más cómo podemos incorporar a diferentes tipos de población, tener metodologías más probadas que puedan ser útiles, claro que siempre habrá que adaptarlas a nuestra propia realidad, pero aprendemos mucho de eso y nos ayuda mucho este intercambio con otras ciudades que han tenido experiencias exitosas de participación y democracia participativa.
Las ciudades son un recurso importante porque son la convivencia más cercana de la población y la relación con el gobierno local es vital porque es el más cercano a los habitantes. Por eso las ciudades y los gobiernos locales son los espacios donde podemos aprender más para poder diseñar mejores procesos participativos y generar una ciudadanía activa, crítica y participativa porque la vincula directamente a su vida cotidiana. De hecho, somos los primeros gobiernos a donde llega cualquier demanda, aunque no nos toque resolverla directamente, porque lo que la gente ve es su gobierno local. Es lo que queremos: establecer ese vínculo y jugar ese papel.
Abrevar de otras experiencias locales es fundamental para nosotros, por eso la labor que hace el OIDP es muy importante: poder generar un espacio para que podamos impulsar este aprendizaje, incluso para que podamos sistematizar nuestras experiencias a partir de la Distinción OIDP porque, a partir de las prácticas premiadas, a nosotros nos ayuda a pensar y a organizar bien cómo fue que hicimos cierto proceso y también generar un espacio anual donde podemos compartir y dialogar sobre qué problemas, retos y oportunidades tenemos para generar participación ciudadana. Agradecemos al OIDP porque cada vez somos más ciudades que podemos sostener esta iniciativa, que podamos intercambiar y fortalecer nuestras propias experiencias.
5. ¿Quiénes suelen ser los grupos poblacionales que suelen quedarse afuera de los procesos de participación en el contexto de la alcaldía Iztapalapa y qué acciones implementan para incluirlos?
La población más participativa por su propia experiencia histórica son ahora adultos y adultos mayores, sobre todo, pero ha habido segundas y terceras generaciones de esos movimientos organizados que ahorita están retomando. También la mayor participación que tenemos definitivamente es de las mujeres porque históricamente son las que han llevado sobre sus espaldas la construcción de esta gran alcaldía. Ellas son las que se quedaban en casa viendo cómo llegaban a meter el drenaje, por ejemplo. Esta participación activa nos ayuda a ver cómo llegar a los más jóvenes, que son quienes vemos que, por el contexto actual, sus intereses, formas de vida y de relacionarse son otras que no necesariamente tienen que ver con la vida pública y el espacio público.
Sentimos que las juventudes viven en una esfera particular, entonces hay que llegar de alguna manera con cierto lenguaje a los espacios. Nos han ayudado mucho los jóvenes de la segunda y terceras generaciones de los movimientos organizados para poder generar una serie de iniciativas. Por ejemplo, se han gestado orquestas comunitarias intergeneracionales y particulares donde los jóvenes quieren expresarse y desarrollar su creatividad. A partir de ahí es que podemos ir acercándonos para que las juventudes puedan contribuir a su comunidad: a través de desarrollar algo que individualmente les satisface y de ahí, a partir de ese arte tan magnífico que desarrollaron, mostrarlo en los barrios de Iztapalapa y en los de la Ciudad de México. Eso les empieza a animar y empiezan a generar una interacción con el espacio público y sus comunidades: expresar lo que quieren mejorar, por ejemplo, generar un mural en el espacio público. Son formas nuevas que nos van retando para poder incorporar en este caso a los jóvenes.
Hay otras poblaciones mucho más excluidas y es importante incluirlas en términos de su dignidad y su sobrevivencia. Esto implica unos procesos de inclusión social en términos de nutrición de salud mental, afecto, cuestiones psicoemocionales y físicas, también fisiológicas que posteriormente llevan a poder incorporarlos como sujetos activos en la transformación de su realidad y en la toma de decisiones y la vida pública, que es lo que buscamos en la participación ciudadana.
Hemos tenido historias de éxito de mujeres y de jóvenes. Un ejemplo es el caso de las "Mujeres estudiando", un programa para apoyar a mujeres de más de 30 años que dejaron sus estudios para cuidar a sus familiares (niños, padres o personas con discapacidad). Este programa las ha reincorporado, vía un apoyo económico, para que retomen sus estudios. Ellas involucran a toda la familia en la participación: las mujeres terminan la primaria junto con sus hijos o con sus nietos, así ellos mismos las impulsan a que continúen estudiando. Así mediante un programa público de participación, se hace primero una inclusión familiar y después una inclusión a la vida comunitaria, porque ellas forman parte de una red comunitaria.
Otro es el trabajo que se hace con las personas usuarias de sustancias psicoactivas y sus familias también. Ha habido casos en donde hemos logrado que personas que tenían problemas fuertes en este sentido hayan superado este tema y ahora están participando como talleristas y como promotores de prevención del riesgo del uso de sustancias psicoactivas dentro de nuestros propios programas de trabajo. Es gente que tiene ya dos años sin probar ninguna droga y que ahora nos ayuda a transmitir su experiencia a otro conjunto de jóvenes o personas que están en esta circunstancia.
6. ¿Puedes contarnos sobre las Utopías?
Todo esto se da en unos espacios que hemos generado expresamente para justamente poder revincular a la población a la convivencia comunitaria que son las Utopías: Unidades de Transformación y Organización Para la Inclusión y la Armonía Social. Así las llamamos porque el objetivo es transformar vidas, que la población se organice en comunidad y que exista una convivencia incluyente y armónica entre la gente.
Las Utopías son una estrategia de transformación social y urbana profunda en medio de esta realidad de desigualdad socio-territorial que vivimos en Iztapalapa. Son unos espacios bellos y dignos porque aquí nosotros en Iztapalapa decimos: "Primero los pobres, pero para los pobres, lo mejor", que realmente las comunidades pobres recuperen su autoestima y su dignidad, que tengan en las Utopías su tesoro y su símbolo comunitario y esa posibilidad de salir adelante.
Tenemos cuatro casas sociales: la Casa de las Siemprevivas para las mujeres, la Casa de Día para los adultos mayores, el Centro Colibrí para los usuarios de sustancias y el centro de rehabilitación para las personas con discapacidad. Todo esto genera nuestro sistema de cuidado, que se va a complementando con otros componentes.
A la vez, en las Utopías desarrollamos actividades y servicios de deportes, cultura, recreación, convivencia: tenemos escuelas de natación, boxeo, atletismo. No es solamente ofrecer actividades físicas diarias y acondicionamiento físico, que a todas las personas nos es útil, sino generar atletas de alto rendimiento. Hemos tenido un gran éxito: en el medallero de la Ciudad de México pasamos del sexto al tercer lugar en estos dos años que tenemos las Utopías. Están funcionando estas estrategias para transformar la vida de las personas.
Tenemos escuelas de danza, cine y fotografía. Han sido un éxito tremendo porque nuestros jóvenes han participado en series de Netflix como actores y asistentes de producción. Más de dos mil personas han acudido a la escuela de cine y fotografía con maestros de que son directores y artistas reconocidos. También tenemos 140 orquestas comunitarias que se han desarrollado primero a partir del espacio público y después ya fueron a especializarse más en las Utopías, en especial en nuestra escuela de música. Ahora el Gobierno de la Ciudad de México está contratando a nuestras orquestas comunitarias para eventos de la ciudad. Estamos muy contentas.
Esto demuestra que la inclusión social está en la vida cotidiana de todos. La cuestión es cómo generamos espacios públicos de convivencia donde la gente pueda desarrollar todo su potencial como personas, ciudadanos y entes comunitarios, cómo fortalecemos este sentido de humanidad, comunidad y respeto a la naturaleza. Estos espacios han sido básicos para poder construir poco a poco esta nueva visión del mundo que queremos. Siempre se dice que las utopías son sueños irrealizables pero en realidad son ideas que se concretan y que pueden dar pauta a una vida y un futuro mejor para todas y todos.
Los modelos de atención en las Utopías son muy integrales: consideran las diferentes dimensiones de las personas, sean mujeres, adultos mayores o personas con discapacidad, todas las personas tienen una gran oportunidad en las Utopías de además ser atendidas médicamente, psicológicamente, con orientación jurídica o lo necesario para sus problemas particulares y de desarrollarse más integralmente.
Las Utopías han jugado un papel muy importante. Estamos cumpliendo dos años de las primeras Utopías, ahora tenemos 12 Utopías que hemos construido y puesto en operación en cuatro años. Es una gran inversión pública y se han transformado más de medio millón de metros cuadrados de superficie de espacio público deteriorado en la alcaldía. Esperamos que vengan a visitarlas en vivo y a todo color.
7. ¿Puedes enviar un mensaje a la membresía OIDP?
La democracia participativa es parte integral de nuestras vidas como personas y como comunidades, por lo tanto, todos juntos tenemos que fortalecerla día a día. Tenemos que ver la manera de dar la mano a todos los que no tienen las condiciones y oportunidades de participar activamente y poder integrarlos a la vida comunitaria a la vida de la ciudad luchar por sus derechos y poder construir un futuro mejor. ¡Los esperamos en Iztapalapa para que conozcan las UTOPÍAS!